Estados Unidos perdió el reinado de las supercomputadoras más veloces frente a China, pero el gobierno no se quedará cruzado de brazos pues ha dado a conocer dos proyectos con los cuales planea volver a sentarse en el trono.
Según se informó en el marco de la Conferencia Internacional de Supercomputadoras, que tuvo como sede Alemania en su edición 2010, la Tianhe-1 se ubicó como la supercomputadora más rápida del mundo.
La máquina china alcanzó una velocidad de 2,507 de petaflops por segundo, es decir, 2,500 millones de millones de operaciones, superando los 1,740 petaflops registrados por el monarca anterior el Jaguar-Cray XT5-HE, del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Además de la Tianhe-1, el país asiático fue capaz de ubicar una segunda supercomputadora dentro de los primeros diez lugares con la Nebulae en la tercera posición.
Para el contraataque, el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore del Departamento de Energía y el Laboratorio Nacional de Oak Ridge están trabajando en conjunto para lanzar en 2012 una supercomputadora que será ocho veces más veloz que la Tianhe-1.
Lo poco que hasta ahora se sabe sobre la creación de este equipo es que utilizará tecnología desarrollada por IBM, llamada BlueGene, y que tendrá 1.6 petabytes de memoria y 1.6 millones de núcleos.
El Centro Nacional de Aplicaciones para Supercomputadoras también se encuentra desarrollando una máquina con la que planea superar a la actual monarca china. Dicho equipo tendrá un desempeñó sostenido de un petaflop y alcanzará un máximo rendimiento de 10 petaflops.
Por otra parte la Agencia de Defensa e Investigación Avanzada de Proyectos se encuentra desarrollando hardware y software expandible hasta un hexaflop, es decir, 1,000 petaflops.
Por su parte el Departamento de Energía ha financiado con $2.6 millones de dólares a cuatro investigadores del Laboratorio Nacional Sandia para realizar investigaciones en recursos computacionales para obtener la tecnología necesaria para construir computadoras expandibles a escalas de hexaflop.
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